Por
veces cuando sentimos que las fuerzas nos abandonan y el alma nos
grita desesperada por un poco de paz, aparecen así de la nada esos
mágicos designios de los dioses que nos ofrecen un remanso de vida
para oxigenar nuestro espíritu y una jornada mas leve que nos
permite reflexionar en profundidad sobre cosas que antes no habíamos
dado por ellas.
“ LOS
DRAGONES ATEMPORALES”:
Yo
les doy este nombre a los seres que andan por la vida lanzando
llamaradas de fuego, atemorizando e intentando destruir todo aquello
que se interpone entre sus necesidades de satisfacer solo su
desgraciada insatisfacción.
Caprichosos,
altaneros, arrogantes, combativos y por sobre todo inseguros, andan
por el mundo sin haber percibido de que su tiempo ya ha pasado.
Algunos
feudales y otros que no lo son, andan pregonando sus estúpidas
verdades, que por ser atemporales, han pasado de moda.
Se
muy bien que las modas van y vienen, pero los dragones estos, pobres
seres salidos de libros de cuento, dan mas pena que sorpresa.
Ya
sus castillos amurallados se han quedado sin princesas que codiciar
ya que estas se han dado cuenta que no es bueno ni agradable sentirse
prisioneras de estos bichos malolientes y llenos de cenizas.
Ellas
han preferido evolucionar y ejercer sus derechos a la libertad sin
demasiados alardes de grandeza, simplemente su corazón grito mas
alto que los rugidos desafinados y fuera de todo pentagrama de estos
anticuados carceleros, que solo conocen de la fuerza amedrentadora de
sus fumarolas y marcharon en puntillas de pie en busca de dulces
lunas de papel que le acaricien el alma.
Sera
que nada los hace callar?
Sera
que nunca encontraran alguien que les de un buen azote en el hocico?
Creo
que solo es cuestión de tiempo, ese tiempo que todo lo ordena, que
todo lo equilibra.
Y
se han preguntado que pasará cuando se les termine el combustible y
se queden sin sus llamas?
Solo
serán algo mas que nada y desaparecerán de todo horizonte
perceptible muriendo en el tiempo y en el espacio sin importarles a
nadie y mucho menos a las princesas que prefirieron alpargatas
descoloridas y pantalones gastados a una prisión rodeada de promesas
incumplidas, con babosas y falsas palabras dulces.
|